me gustaban nuestros despertares de domingo. con aquel espacio entre tu cama y la mia que nos regalaba terreno para construir castillos. las sabanas de las dos, mi colcha roja, la almohada grande, tu sillonsito tejido y nuestra casita cobraba vida. quien se metia primero siempre eras tu. luego haciamos el recorrido a la cocina para preparar lo que nos gustaba comer ahi dentro. ese cereal con leche que nos convertia en hansel y gretel y terminaba bañando de blanco la alfombra de nuestro fuerte.
la television daba el programa infantil que aun hoy da inicio a las siete de la mañana. y para la hora que nuestros padres despertaban, nuestro castillo ya habia sufrido un sinfin de remodelaciones. la ultima siempre luego de que papa se metia con nosotras y el techo se nos venia encima.
mantener la morada de pie era el reto mas grande. pero la hora de salir de paseo siempre llegaba. y tender las camas era dinamitar la construccion. hacer de su techo sabanas, de la puerta otra vez un sillonsito, poner todo en su sitio y esperar siete dias. otro domingo que siempre llegaba.
hoy es sabado y cumples veintiseis. ya no compartimos cuarto. pero habia olvidado decirte que la casita esta de pie. no tienes que esperar a mañana para visitarla. puedes ir a ella cuando quieras. no toques la puerta. la palabra magica sigue siendo la misma. ademas, ya no se me derrama la leche con el cereal.
"i look up to you since you had to face up to see me" -kd