"tembló a las tres horas, tres minutos, treinta y tres segundos de la madrugada, exactas, como si alguien, en algun búnker secreto lleno de mapas y botones rojos, así lo hubiese planificado"
['mañana nunca lo hablamos' - eduardo halfon, 2011]
"quedarse mirando los copos de nieve sí que sería una pérdida de tiempo, pero ella los contaba. y aunque contar copos de nieve fuera una pérdida de tiempo, ella no lo perdía, porque sólo contaba los que eran idénticos"